La historia comienza en el 2011 cuando Paul emigra a la misma ciudad en México donde vivía Elvia. Donde era probable que sus caminos se cruzaran en algún momento.

Ambos estábamos destinados a estudiar la misma carrera en la misma universidad en Texas. Nos conocíamos, a través de las caras en los pasillos y los nombres en las listas. Teníamos amigos en común, coincidíamos en clases e incluso frecuentábamos los mismos lugares, pero nunca nadie dio el primer paso. Aun así, siempre estábamos ahí, como si el destino nos llamara, esperando el momento adecuado.

Cada uno en su mundo, hasta que Paul se graduó primero y se mudó a Indiana, un lugar que ninguno de los dos tenía en sus planes, pero que la vida tenía reservado para ambos.

En ocasiones, Paul y Elvia conectaron por redes sociales durante un tiempo, lo que los acercó más, pero no fue hasta que Elvia se graduó de su máster que volvieron a reconectar. Fue entonces cuando se dieron cuenta de que tenían muchas cosas en común, intereses que los acercaban y una conexión que parecía inevitable.

Elvia pasaba de una entrevista de trabajo a otra, todas con la promesa de una oportunidad que nunca se concretaba. Meses después, recibe una oferta de trabajo, justamente en la misma ciudad donde Paul vivía.Fue entonces cuando reconectamos. La distancia ya no era un obstáculo y, esta vez, las estrellas estaban alineadas.

La conexión que había estado a punto de suceder muchas veces antes, por fin se dio.

¡Al final, el amor encontró la forma de juntarnos, justo cuando tenía que ser!